-¿Tenés entrada?
-No.
Nunca supe si pudo colarse. [NdlR: la respuesta es sí] Cuando me enteré que era Cónsul Adjunto en París, aparte de putear por haber estado tantas veces allí y no haberlo sabido, me convencí de que no sólo debió entrar a verlo sino que además se debe haber llevado una pelotita autografiada por Vilas.
Raúl
28. Bola de muchos papeles de alfajor como proyectil. Pocos impactos como el de Menénd-- a Semina--. Uno en el balcón de la escuela, con buena visión sobre el blanco. El otro deambulaba por el patio, a 12,3 metros.
-Le volé los caranchos. La cara de Menénd-- era una sonrisa gigante. Era cierto, el impacto fue en pleno nido, se vieron plumas volar.
29. Pampita, la hija de Della Casa, generadora de aplausos en las horas libres.
30. Los groseros sandwiches de tortilla de papas que se clavaba Móna-- al mediodía. De un espesor que desafiaba la articulación de cualquier mandíbula.
31. La velocidad de Saul- comiendo Mantecol en la estación de El Palomar, volviendo a casa, cuando nos veía venir al resto de los que viajábamos en tren hacia Capital, con ojitos de querer devorárselo.
32. La explosión de Carcaval-- y su paraguas chino contra la columna de alumbrado del andén, en carrera loca por ese tren hijo de puta que se iba y que nos clavaba 20 minutos más al pedo allí. La banda del tren descendió en pleno en Devoto, incluso los que bajábamos en Saenz Peña y lo acompañó al Zubizarreta con esguince de muñeca (de ahí su tendencia posterior...), en medio de una bajada de presión que lo mantenía con un color de piel verde aguamarina.
33. Las caídas de mi calzador desde el bolsillo interno del blazer, casi siempre a metros de la barrera, que me hacían perder segundos preciosos que el tren no regalaba.
34. La caída de Figuer-- en ese mismo lugar, un día de lluvia. USB anal: Figuer-- caído en el suelo de coté. La mitad inferior incluyendo mitad de cara sumergida a pleno en el charco.
Se va el tren....
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