domingo, 4 de noviembre de 2012

30 AÑOS: Un éxito que ya es garantía

Como nos tiene acostumbrados, el Quincho del 3-N fue otro suceso inolvidable. La mersa fue llegando temprano con la clásica recepción recibiendo a los que arribaban desde el estacionamiento.  El olor a asado en la parrilla fue provocando la apertura de estómagos que no tenían nada a mano para ser saciados, Pinky se demoraba con la picada y empezaba a ser objeto de insultos y epítetos muy fuertes aún para reproducirlos en este blog.

La novedad de este año tuvo dos caras, la de Oribe y Tomasone, y una que nadie esperaba, la de Blanco, que nada tiene que ver con lo que se les anduvo indagando, sino que hablamos del Prof. Blanco.

La entrada de Tomasone fue con un "Qué viejos están", refiriéndose a la X promo cuasi medio siglista, seguida por un aplauso cerrado.

Luego de lastrado el asado se les entregaron los diplomas previa leída forzada, por parte de Tomasone, de un Manifiesto entregado en mano que ya fue remitido a la sección legales de la X promo, con sede en el consulado de Miami.

Estaba previsto una proyección de videos X promo movies en la sala multimedia con la que cuenta ahora el colegio. Para ello formamos en la calle interna y fuimos conducidos bajo las órdenes de Tomasone. Más evocador, imposible. Quedó claro que 6 años de hacernos marchar, aún hace 30 años, quedan impresos en el bulbo raquídeo (gaquídeo, diría Scorpanitti). Vibró el hormigón. 

Entrar a la escuela, dar el paso que introducía al pasillo que une las celdas de castigo que fuimos ocupando a lo largo de los 6 años, fue movilizador, a varios le temblaron las piernas. Se pidió encarecidamente que nadie se lleve un souvenir, tendencia eterna de la X promo. Veremos si el lunes no hay ninguna noticia de faltantes.

La proyección de una rigurosa selección de videos del blog fue acompañada de risotadas y aplausos. Un inesperado video traído por Gianni mostró a miembros de la X promo sacando toda su putez afuera. Un legajo negro del que se hablará por años.

Nelson estuvo presente a través de una llamada telefónica. Primero habló con Tomasone, luego con Oribe y de vuelta con Tomasone, es que en la primera llamada no supo con quién había hablado, la mersa adentro del Quincho, ya copeteada, no paraba de gritar por encima de los 120 db.

Vueltos al Quincho se brindó con Champagne y se encendieron las bengalas en una torta con grandes números, los de los 30 años. Era una pasta frola a la que ya le habían comido una porción, detalle típico de la X promo. El café se sirvió aditivado con whisky, para el que lo quería así y para el que no también, siguiendo con los detalles típicos.

A medida que la tropa se fue retirando quedó ese círculo que hace tardecita hasta la noche en cada Quincho, atacando la cajita feliz de licores y demás alcoholes, donde sólo se habla de coger. Esta vez hubo desarrollos y disertaciones de técnicas y teorías mineteras. De los problemas de las conchas depiladas, las barbas candado, el flujo, el menstruo, el olor a arenque y la separación entre el amor y el sexo.

Para esto último hubo posiciones divididas, entre los fundamentalistas de la cabeza en el hielo, el "jamás un te quiero" a la otra de "a las minas hay que amarlas a todas", en el medio la realidad de los que transitaron ambas corrientes.

Hubo sorpresas, viejos gladiadores que se declararon jubilados de la partuza, argumentando madurez, pero todos sabiendo que se debe a la pérdida de líbido producto de medio siglo de excesos de toda índole y arterias tapadas de colesterol.

Se tuvieron que hacer gestiones para solucionar la rotura de uno de los vidrios del Quincho, que no fue producto de la descontrolada ingesta de alcohol, sino de torpezas propias de la mañana temprano.

Ya noche cerrada, atrás quedó nuevamente el Quincho, quien bien sabe que en sólo un año nos tendrá de vuelta, borrachos y gritones, como siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre Raul,un inmejorable y acertado relato del tradicional y en este caso especial asado de exalumnos.Fidel.