jueves, 27 de marzo de 2008

372. No estoy seguro si en Tercero seguíamos con el Calitecno. Sí me acuerdo que en Segundo el viejo Bravo rompía bastante, aunque con suerte diversa. Fons--- lo completaba de una manera dieciochesca, prácticamente sin espacios entre palabra y palabra. Abrir su Calitecno era como leer una filigrana de Toledo, la página más negra que blanca, una técnica mixta muy vieja: obsecuente y al pedo.
Yo opté por un atajo: aprovechando las líneas inclinadas que atravesaban los renglones de tortura, acomodaba las palabras o citas -el Calitecno trataba de compensar el derretimiento de neuronas del usuario presentando ciertas frases que lo tornaran más “literario”- todas alineadas a partir de una misma diagonal. El resultado era una densidad muy baja de palabras o grupos de palabras por hoja, pero quedaba prolijito. Cuando Bravo se apioló -y me refregó el cuaderno de Fons--- como ejemplo- ya era tarde: casi no quedaban hojas por llenar. Me habrá puesto un 5 ó un 6, a promediar con otras notas más respetables. En comparación con el esfuerzo que le habrá demandado el 10 en Calitecno a Fons---, lo mío fue un excelente negocio. [Nelson]

373. El método académico del Gordo Palma (q.e.p.d.) era machacar hasta el hartazgo con unos pocos temas durante todo el año y prohibir en absoluto todo ruido o bostezo durante las clases. Salimos de la ENET hechos unas bestias literarias pero lo poco que sabíamos no se nos olvidó más (por lo menos a mí). El “programa” impartido por Palma en todo el año incluía consuetudinariamente -lo cual permitía preparar la prueba con varios meses de anticipación- los siguientes temas:
- El Inca Garcilaso de la Vega
- Sor Juana Inés de la Cruz (Hombres necios que acusáis / A la mujer sin razón...)
- Esteban Echeverría (“El Matadero”, la mazorca, la verga y vela, etc.)
- Miguel Cané (“Juvenilia”)

374. Vacca--. Era el único que bajaba (o subía) en Santos Lugares.

375. Los métodos de calificación de Palma también eran cuestionables. Dardo lo sufrió en carne propia como resultado de una lección oral referida a JUAN Hipólito Vieytes. Después de recitarle brillantemente vida, obra y milagros del jabonero, el Sr. Profesor pregunta:
-¿Cómo se llamaba Hipólito Vieytes?
-Hipólito Vieytes...
Palma insistió: -Sí, pero... ¿y el otro nombre?
Dándose cuenta que “Hipólito” no era suficiente, Dardo se resignó: -No lo sé...
Le puso un 1. Cuántos puntos hubiesen significado para el Gordo las cuatro letras del primer nombre del patriota nunca lo sabremos.

376. Las puertas de las aulas abrían hacia adentro y no tenían picaporte que las trabara. Estas características permitieron una jodita que se puso de moda en Tercero (hasta que empezaron a correr amonestaciones). Consistía en empujar violentamente contra la puerta cerrada al desprevenido que pasaba por el pasillo. El resultado era que el tipo irrumpía todo despatarrado en el aula mientras había clases en ella (eso era lo interesante de la joda).
El efecto de ver un cuerpo humano volando hacia el interior de la clase era espectacular. Los profesores no tenían tiempo de reaccionar porque el damnificado se incorporaba rápidamente para huir de la sanción y de la humillación. La escena era muy festejada por los alumnos de la clase porque además de ver la desgracia ajena se interrumpía el tedio académico. Muchos años después Jerry Seinfeld copió esta técnica para el personaje de “Kramer”.

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